España como primera potencia fotovoltaica en Europa
La Comisión Europea quiere que la energía solar fotovoltaica sea la principal fuente de energía en Europa en 2030.
España es actualmente la tercera potencia fotovoltaica en Europa, detrás de Alemania e Italia, pero podría ser clave para ayudar a la UE a alcanzar su objetivo.
Con abundantes horas de sol y extensas hectáreas de tierra no productiva para instalar parques eólicos, España podría convertirse en un proveedor de energía para otros países de la UE. Sin embargo, una falta de planificación adecuada y coordinación gubernamental podría impedir el desarrollo de las inversiones privadas y hacer que España pierda esta oportunidad de progreso histórico.
El Plan Nacional de Impulso a la Energía y el Clima (Pniec) establece el objetivo de contar con 39.200 megavatios (MW) de energía fotovoltaica en 2030. Actualmente existen 13.500 MW en funcionamiento, pero hay 101.000 MW que han obtenido permiso, tres veces más de lo proyectado. Solo se requeriría un 0,25% del terreno agroganadero de España para construir estas instalaciones.
Sin embargo, el avance de la energía fotovoltaica está limitado por diferentes obstáculos, como los trámites burocráticos, las tensiones políticas y los grupos ecologistas que protegen el paisaje. Para superar estos desafíos, se requiere una planificación adecuada y una simplificación de los permisos y trámites administrativos, tal como exige la Comisión Europea y como se ha hecho en Francia.
La estrategia de la UE también destaca el papel que deben desempeñar los ciudadanos mediante la instalación de sistemas solares de autoconsumo en donde sea posible, para fomentar la participación activa en el mercado y reducir la dependencia de los combustibles fósiles. En España, la instalación de placas solares para el autoconsumo ha aumentado un 101,84% en pocos años y supone el 30% de toda la nueva potencia fotovoltaica instalada en el país.
Sin embargo, existen cambios legales pendientes para consolidar este proceso. Uno de ellos es ampliar la posibilidad de compartir excedentes de energía más allá de los 500 metros actuales. El Gobierno está evaluando ampliarlo hasta los 2 kilómetros o incluso 20 en zonas despobladas para fomentar la creación de comunidades energéticas y multiplicar el autoconsumo.
Además, hay dificultades para conectar a la red eléctrica la energía producida por las plantas solares fotovoltaicas de autoconsumo industrial, con el 40% de las pequeñas y el 46% de las grandes instalaciones sin conexión a la red.
A pesar de contar con horas de sol, terreno suficiente y empresas nacionales líderes en tecnología fotovoltaica, se necesita una voluntad política y agilidad administrativa para aprovechar el potencial solar del país.